Portugal destrona a España en la Nations League tras una fatídica tanda de penaltis

Alcaraz no dio suerte esta vez

La tarde en Múnich se fue enfriando algo por el aire, que llegó a traer alguna gota, pero eso no aguó los ánimos de los españoles. Ya desde muchas horas antes del partido calentaron las gargantas en el centro de la ciudad, dando la nota -en el buen sentido- en la Marionplatz al ritmo que marcaban el bombo y la trompeta de la peña 'Marea Roja Fans'. Igual que la marea del clima, la marea española fue más nutrida en Múnich que en Stuttgart.

Algo más de 10.000 aficionados de España se citaron en el Allianz con entradas adquiridas por los medios de la RFEF, informaron estos, sin contar los que se desplazaran por su cuenta ni los adheridos a la causa desde otros países, como pasó en Stuttgart.

Atrás quedó la capital del motor, al igual que quedó el debate entre Lamine Yamal y Ousmane Dembélé por el Balón de Oro. La precoz estrella española competía en las calles de Múnich, pero esta vez no por el premio sino por el favoritismo, con el capitán de Portugal, Cristiano Ronaldo.

Separados por 23 años, cuando CR7 disputó su primera Eurocopa con la selección portuguesa, Lamine Yamal aún no había nacido. Pero ahí estaban en la final de la UEFA Nations League 2025, cara a cara como dos iguales, como si el tiempo no contara. El tiempo se paró en el Allianz Arena.

En los minutos previos los periodistas acreditados apuraban la toma de sus asientos para poder aguantar lo máximo posible viendo el maratoniano duelo entre Carlos Alcaraz y Jannik Sinner en la final de Roland Garros. En la previa hacíamos un paralelismo con lo ocurrido en el 'súper domingo' de 2024, con Wimbledon y Eurocopa. La remontada del murciano se solapó con el pitido inicial del partido.

Cucurella, de nuevo abucheado por su mano ante Alemania en la Euro, no se ganó precisamente las simpatías del ruidoso público portugués con una dura entrada a Conceiçao nada más empezar. Pero el susto deportivo lo dio Joao Neves mandando fuera un disparo tras un saque de esquina.

Tampoco se libraba Lamine Yamal. Cada regate frustrado por Nuno Mendes era vitoreado como medio gol y el intento de falta directa que mandó alto, como un gol entero. Más cerca del gol estuvo Pedri al cuarto de hora llegando de segunda línea, como más le gusta, a centro de Nico Williams. Fuera por poco, como la rosca que puso Williams desde el pico del área unas jugadas después.

Zubimendi, el gol del 'tapado'

Así las cosas, el encargado de abrir la lata fue uno de los que menos ruido ha hecho -o en torno al cual menos se ha hecho- durante la semana: Martín Zubimendi. El pivote donostiarra aprovechó un balón mal despejado por la defensa portuguesa en un centro al área de Lamine, a escasos metros de la portería e imposible para Diogo Costa (minuto 21). La jugada la inicia Mikel Oyarzabal con un lujo de tacón.

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Se chequeó por un posible fuera de juego, de Oyarzabal en el pase de Lamine, igual que reclamaron los españoles en el gol de Nuno Mendes (minuto 26). El disparo del lateral portugués desde el pico del área fue inapelable, ajustado al palo sin posibilidad para Unai Simón, pero la duda estaba en la posición de Cristiano Ronaldo en el inicio de la jugada.

En comparación con la semifinal ante Francia, la posesión era más de España (60%) y las ocasiones también, pero la sensación de igualdad era mayor. El gol había que madurarlo más que con presión tras pérdida. Y así llegó el segundo en una jugada elaborada, que de nuevo fue protestada sin éxito por los portugueses. El VAR tampoco frustró en esta ocasión la culminación del pase filtrado de Pedri y el tiro cruzado de Oyarzabal (minuto 44).

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Roberto Martínez decidió dar otro aire a su equipo tras el descanso y dio entrada a Nelson Semedo en lugar de Joao Neves, entrando otro Neves, en este caso Rubén, por Conceiçao. Renovó la banda derecha, por donde estaban haciendo bastante daño Williams y Cucurella.

Por la otra banda avisó Bruno Fernandes tras un balón robado en el centro del campo por Mendes a Pedri, pero su compañero Pedro Neto estaba en posición adelantada en el momento del pase justo antes de habilitarle y su gol fue anulado. Contestó Fabián con un disparo desde fuera del área que despejó bien Diogo.

Cristiano Ronaldo, 40 años y marcando

Pero el que no perdona es Cristiano Ronaldo. Ahí estaba el capitán de Portugal para aprovechar el rechace después de un centro de Mendes rebotado y deshaciéndose previamente de la marca de Cucurella con una carga legal (minuto 60). Jugada por la banda izquierda, la que no tocó Martínez porque se ve que funcionaba. CR7 ya era con su presencia un hombre de récord, batiendo el de longevidad de Luka Modric de la edición anterior, y con el gol dobló su registro.

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España lo seguía intentando con el 'plan A', que es el de la posesión del 60%, acompañada por una precisión del 94% en el pase. Primero Pedri y luego Nico Williams lo intentaron sin éxito. El tinerfeño se marchó sustituido sin el premio del gol, pero con una asistencia. Fue en ese momento, en torno al minuto 75, cuando entró Isco Alarcón en su lugar y volvió Mikel Merino, este en lugar de Fabián. En Portugal salió Rafael Leao por Silva.

Fue Isco el que obligó a estirarse a Diogo pasado ya el minuto 80 de partido, porque en un intento anterior de Lamine el meta portugués apenas tuvo que esforzarse. Minutos después, en el 87, Cristiano Ronaldo dijo basta y se fue al suelo acalambrado. Entró en su lugar Gonçalo Ramos, pero fue el capitán el que se llevó la ovación al salir del campo.

Bruno Fernandes heredó el brazalete y la responsabilidad en un lanzamiento de falta muy del gusto de CR7, pero el del Manchester United se encontró con Unai Simón inspirado. A la prórroga, porque no dio tiempo a más.

Tensa prórroga; dramáticos penaltis

Igual que en 2023 contra Croacia, pero en esta ocasión con goles y más ocasiones. Y la primera del tiempo añadido la tuvo Nelson Semedo a pase de Mendes, de lateral a lateral. De la Fuente metió hombres de refresco y entraron Pedro Porro por Mingueza y Álex Baena por Williams, que se había desfondado como uno de los más activos.

Otro lateral, pero este Cucurella, lo intentó con un disparo que se fue demasiado alto. Se ganó de nuevo la pitada por su osadía, pero mayor fue la ira del público luso al reclamar un posible penalti sobre Leao. Incluso hubo una tángana por enganchón entre Baena y Mendes, pero el VAR no dio la razón. La tensión enrabietó a Portugal y la pausa de la prórroga auxilió a España en sus momentos de más agobio.

Tanta tensión le costó la vida a un espectador que cayó desde la grada justo encima de la posición de comentaristas. Luis de la Fuente tuvo el detalle de enviar el pésame a la familia antes de empezar la rueda de prensa.

Ajenos a lo que pasaba en la grada, los futbolistas se concentraban en los últimos 15 minutos, que se jugarían sin Lamine Yamal y con Yéremi Pino. También salió Álvaro Morata para recuperar su capitanía, dando descanso a Oyarzabal. Antes de eso, lo había intentando Porro desde el centro del campo.

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Esa segunda parte de la prórroga fue de España, pero antes de los penaltis la tuvo Pedro Neto de cabeza, pero sin puntería. Cómo iba a frustrar un final tan agónico y épico como el de la tanda de penaltis. No fallaron ninguno de los cinco portugueses. Por España acertaron Baena, Merino e Isco. El destino quiso ser cruel con Morata.

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